“Momentos de dolor, angustia, desesperación, enojo y llanto era la orden del día. Luego de terminado el tratamiento y llegar mi primera menstruación, todos los síntomas que tenía volvieron. Fue muy fuerte y muchas dudas llegaban pero no había marcha atrás. De ser una opción se convirtió en algo necesario”.
En el año 2004 con 26 años fui diagnosticada con endometriosis después de una operación para extraer un “chocolate cysts”.
Por meses había tenido mucho dolor pélvico y al momento de llegar la menstruación era con mucho sangrado junto a fuertes cólicos.
Más adelante el médico me recomendó unas inyecciones (Lupron) para provocar una menopausia, ya que la endometriosis se alimenta de hormonas.
En fin, fueron 11 inyecciones las que me suministraron y el proceso no fue nada fácil. Momentos de dolor, angustia, desesperación, enojo y llanto era la orden del día. Luego de terminado el tratamiento y llegar mi primera menstruación, todos los síntomas que tenía volvieron.
Para el 2007 vuelvo a quedar embarazada, y en el 2008 doy a luz luego de 11 años de haber tenido a mi primogénito.
Al tener mi hijo por cesárea el doctor me indica que me tuvo que limpiar nuevamente ya que tenía muchas adherencias de la endometriosis. Que lamentablemente en tan poco tiempo habían crecido bastante.
Entre el año 2008 y el año 2014 pasé por muchas altas y bajas ya que eran muchos los síntomas y me negaba a regresar al tratamiento de Lupron. Ya los resultados de la densitometría ósea me salían con osteopenia y no quería adelantar el desgaste aún más en mis huesos.
En septiembre de 2014 el ginecólogo me da una orden médica para un MRI pélvico y luego de tener un resultado de adenomiosis me dice que no se puede hacer más.
Ya me estaba atacando fuertemente y estaba dañando algunos órganos.
Fue así como en octubre de 2014 a mis 36 años de edad y con dos hermosos hijos tomé la decisión de que me realizan una histerectomía total.
Fue muy fuerte y muchas dudas llegaban pero no había marcha atrás. De ser una opción se convirtió en algo necesario. Lograron dejarme un pedazo de un ovario para la producción de hormonas pero puedo decir; que difícil ha sido.
Durante los últimos años en medio de tanto sufrimiento solo mi fe en Dios me ayudaba a seguir luchando. Durante este proceso llegué a los pies de Cristo y llenarme de su amor me ayudó a seguir adelante sin importar la adversidad. Dios les Bendiga y ésta es mi historia.
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Last modified: octubre 3, 2022